Revolucionando el amoníaco: La búsqueda de la sostenibilidad y la eficiencia en la producción de fertilizantes
Resumen
El proceso Haber-Bosch, crucial para la producción mundial de alimentos, está siendo sometido a un examen crítico debido a sus considerables emisiones de carbono y a su dependencia de los combustibles fósiles. Las innovaciones para la producción ecológica de amoníaco pasan por sustituir el hidrógeno de origen fósil por fuentes neutras para el clima e incorporar energías renovables. Laura Torrente Murciano subraya la necesidad de una revisión completa del sistema, que incluya compresores eléctricos más eficientes.
Los investigadores están estudiando reactores flexibles que funcionen en armonía con la naturaleza variable del suministro de energías renovables. Las nuevas técnicas prometen flexibilidad operativa y se adaptan a los sistemas energéticos descentralizados, lo que podría dar lugar a plantas de amoníaco más pequeñas y adaptables.
Expertos como Douglas MacFarlane y Serena DeBeer están estudiando las enzimas nitrogenasas, que convierten el nitrógeno en amoníaco de forma natural, para reproducir su eficacia artificialmente. Este enfoque biológico podría proporcionar métodos de síntesis de amoníaco más sostenibles.
La electrocatálisis, destacada por Ifan Stephens, es otro enfoque que se está explorando para la síntesis verde de amoníaco. A pesar de las ineficiencias actuales y de los problemas de contaminación, se están haciendo avances, lo que sugiere un futuro para la producción localizada de amoníaco. La empresa de MacFarlane, Jupiter Ionics, aspira a permitir la producción in situ de fertilizantes.
En general, la transición hacia la producción sostenible de amoníaco requiere rediseñar los procesos actuales, aprovechar las energías renovables e imitar los sistemas naturales, con el potencial de reducir significativamente la huella ambiental de la producción de fertilizantes e innovar las prácticas agrícolas.
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Revolucionando el amoníaco: La búsqueda de la sostenibilidad y la eficiencia en la producción de fertilizantes
Desvelando el legado de Haber-Bosch
El proceso Haber-Bosch, un invento centenario fundamental para la producción mundial de alimentos, es ahora objeto de escrutinio. Este proceso, que produce más de 180 millones de toneladas de amoníaco al año, ha sido esencial para el crecimiento de la población mundial. Sin embargo, el alto consumo energético de este método, que depende en gran medida de los combustibles fósiles y genera importantes emisiones de carbono, ha hecho necesario un llamamiento urgente a la innovación.
El impulso hacia el amoníaco verde
La transformación hacia la producción de amoníaco ecológico es compleja e implica pasar del hidrógeno de origen fósil a fuentes neutras para el clima e integrar electricidad renovable en lugar de gas natural. Este cambio no es un mero retoque, sino una revisión completa de los sistemas existentes, como señala Laura Torrente Murciano, de la Universidad de Cambridge. El reto va más allá del proceso de producción y consiste en replantearse todo el ciclo operativo, incluido el uso de compresores eléctricos en aras de la eficiencia.
Repensar la producción de amoníaco: Flexibilidad e innovación
El próximo gran salto en la producción de amoníaco radica en el desarrollo de reactores flexibles que puedan adaptarse a la disponibilidad fluctuante de energías renovables. Los investigadores están explorando métodos innovadores, como un sistema en el que el amoníaco se separa por absorción, funcionando a presiones mucho más bajas y en un único contenedor. Este planteamiento promete una mayor flexibilidad y se alinea con la tendencia al fomento de la energía descentralizada, lo que sugiere que las futuras plantas de amoníaco podrán ser más pequeñas y adaptables.
Emulando a la naturaleza: Aprender de las nitrogenasas
La búsqueda de una alternativa al proceso Haber-Bosch también busca inspiración en la naturaleza. Las nitrogenasas, enzimas que convierten de forma natural el nitrógeno en amoníaco biodisponible, son objeto de estudio. Investigadores como Douglas MacFarlane y Serena DeBeer profundizan en las actividades de estas enzimas, tratando de comprender y reproducir su eficacia en entornos artificiales. Este mimetismo biológico abre nuevas vías para la síntesis del amoníaco, lo que podría conducir a métodos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Electrocatálisis: La frontera de la síntesis del amoníaco
La electrocatálisis se perfila como un enfoque prometedor en el ámbito de la producción ecológica de amoníaco. A pesar de los retos que plantean la baja eficiencia y la dificultad de diferenciar entre el amoníaco producido por el catalizador y el procedente de impurezas ambientales, investigadores como Ifan Stephens, del Imperial College de Londres, han avanzado en el desarrollo de métodos eficaces. La clave del éxito reside en controlar el entorno de la reacción, por ejemplo utilizando sistemas mediados por litio que impidan la formación de hidrógeno. Los avances en este campo apuntan a la posibilidad de producir amoníaco de forma localizada y a pequeña escala, una visión que comparte MacFarlane con su empresa Jupiter Ionics, cuyo objetivo es hacer realidad la producción de fertilizantes in situ.
En conclusión, el camino hacia la producción sostenible de amoníaco es polifacético e implica una mezcla de reingeniería de los procesos existentes, aprovechamiento de las energías renovables e inspiración en la naturaleza. Esta transformación tiene el potencial no sólo de reducir el impacto ambiental de la producción de fertilizantes, sino también de revolucionar la forma en que pensamos y producimos uno de los componentes fundamentales de la agricultura moderna.
Fuente (DE): www.spektrum.de/news/ammoniak-produktion-ersatz-fuer-den-haber-bosch-prozess/2198508