Panorama de los principales agentes del ecosistema de la movilidad eléctrica

Resumen

El documento analiza el papel crucial de los vehículos eléctricos (VE) en la descarbonización del sector del transporte de la UE, en consonancia con los objetivos climáticos para 2040 fijados por la Comisión Europea. Se espera que la adopción del VE reduzca las emisiones del transporte entre un 69% y un 78% con respecto a 2015, principalmente a través de la expansión de los VE en el transporte por carretera, complementada por los e-combustibles y los biocombustibles avanzados en el transporte marítimo, aéreo y por carretera.

El análisis prevé un aumento significativo de la demanda final de electricidad en el sector del transporte, que se prevé que se multiplique por 8 entre 2021 y 2040, con el transporte por carretera dominando la electrificación. Habrá aumentos sustanciales en las cuotas de vehículos eléctricos de batería (BEV) y en la proporción de electricidad en el consumo de energía de los turismos.

Se espera que la inversión en el sector del transporte aumente hasta aproximadamente 870.000 millones de euros anuales, pero mantendrá un porcentaje estable del PIB en torno al 4,2%. El ecosistema de la e-movilidad es diverso y comprende fabricantes de equipos originales (OEM), operadores de puntos de recarga (CPO), proveedores de servicios de e-movilidad y de vehículos eléctricos (EMSP y EVSP) y operadores de distribución de energía, y cada uno de ellos desempeña un papel importante a la hora de facilitar la adopción del VE.

Los servicios públicos son fundamentales para la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos, con responsabilidades que incluyen la gestión de la carga y la garantía de que la oferta satisface la demanda. Las políticas que promueven la adopción del VE incluyen mandatos para el acceso en tiempo real a los datos de los VE, mercados de recarga competitivos y precableado para cargadores de VE en edificios, entre otros actos legislativos de apoyo.

La transición se caracteriza además por la digitalización y el intercambio de datos entre sectores, con el objetivo de optimizar el ecosistema de la movilidad eléctrica, reducir costes y mejorar la experiencia de los usuarios. Los retos incluyen abordar los silos de datos que limitan la eficiencia y garantizar una progresión equitativa y funcional hacia los objetivos de descarbonización.