Tomar el control de la transición energética... ¡5 maneras en que nuestras ciudades pueden domar a la bestia energética!

09 marzo 2020 por John Armstrong
Tomar el control de la transición energética... ¡5 maneras en que nuestras ciudades pueden domar a la bestia energética!

Resumen

Las ciudades de cualquier tamaño deben trazar una línea en la arena y evaluar su situación actual. Evaluar cuál es el consumo actual de la ciudad, qué activos de infraestructura existen ya, cómo se utiliza la energía. Considere la dirección de la ciudad: ciudades de todo el mundo están declarando emergencias climáticas y tratando de abordar la contaminación local. Busque oportunidades de colaboración con sus vecinos: ¿tienen los vecinos un exceso de paneles fotovoltaicos o calor sobrante (como los centros de datos que expulsan una gran cantidad de calor del tejado)?

mientras que los viajeros necesitan cargarlos durante el día? El futuro mundo de la energía se basa en la colaboración: los puntos de pellizco de la red, especialmente la eléctrica, nos llevarán a resolver los problemas locales. Los representantes de las ciudades pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de facilitar y liderar esa colaboración. Y, por último, las ciudades tienen que dar pequeños pasos ahora en la dirección que quieren tomar los futuros vehículos eléctricos.

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Tomar el control de la transición energética... ¡5 maneras en que nuestras ciudades pueden domar a la bestia energética!

Latransición energética plantea a las ciudades retos sin precedentes a la hora de planificar el futuro. Los vehículos eléctricos suponen una demanda exponencial de la infraestructura eléctrica, el gas está siendo potencialmente eliminado y necesitamos controles cada vez más estrictos sobre lasemisiones locales, especialmente en los centros urbanos. Al mismo tiempo, los gobiernos están introduciendo un desconcertante abanico de normativas y requisitos de información, junto con una selección desubvenciones equivalente e igualmente confusa.

Mi reciente blogsobre la incertidumbre de la próxima década puso de manifiesto algunos de los retos que nos esperan, por lo que a continuación resumo lo que las ciudades pueden hacer hoy para prepararse.

1) ¿Dónde estamos hoy?

Las ciudades de cualquier tamaño deben trazar una línea en la arena y evaluar su situación actual. Evaluar cuál es el consumo actual de la ciudad, qué activos de infraestructura existen ya, cómo se utiliza la energía.

Si pasamos al siguiente nivel, resulta interesante... ¿cuál es la capacidad de los sistemas existentes, cuántas plazas de aparcamiento hay para los futuros vehículos eléctricos, cómo son los flujos de tráfico ahora, cuánto tiempo pasa la gente en el distrito comercial central? Los mapas de capacidad de los principales servicios son esenciales: identificar los cuellos de botella ahora puede reportar grandes beneficios más adelante.

Aquí es donde entran en juego los datos. Existen increíbles conjuntos de datos sobre el consumo energético de la ciudad, los movimientos de la gente, los flujos de tráfico, los mapas de calor por satélite y las infraestructuras subterráneas. Reunirlos puede resultar desconcertante, pero ayudará a construir un "gemelo digital" con el tiempo, lo que permitirá una planificación exponencialmente mejor.

2) Considerar la dirección de la ciudad.

Ciudades de todo el mundo están declarando emergencias climáticas y tratando de abordar la contaminación local. Es un buen momento para hacer balance y establecer una dirección de viaje clara.

En primer lugar, los vehículos eléctricos deben formar parte de cualquier plan: en un futuro no muy lejano, una sólida red de puntos de recarga será esencial en todos los centros urbanos. Un punto de recarga rápida utiliza 22kW, por lo que un puñado de puntos de recarga en un lugar puede llevar rápidamente la infraestructura energética local a sus límites. También existe la tentación de ignorar a los residentes que no disponen de plazas de aparcamiento... Actualmente, la falta de infraestructura disponible para aquellos que no disponen de un vehículo propio o de una plaza dedicada impide que muchos ciudadanos se unan al movimiento de los vehículos eléctricos.

Las ciudades suelen tener una enorme base de activos, con cientos de edificios que consumen energía. Se necesita una estrategia clara para el tejido de los edificios, la provisión y el uso de la energía que adopte una posición de liderazgo. Siendo realistas, el gas natural va a seguir existiendo durante un tiempo... pero puede que la ciudad quiera descarbonizarse más rápidamente, que tenga activos envejecidos que deban ser sustituidos o que necesite un poco más de resiliencia. En ese caso, es posible que tenga que tomar algunas decisiones más pronto que tarde.

Ahora es el momento de pensar en aumentar la capacidad de distribución de electricidad... ¡preparada para una rápida expansión tanto de la carga de vehículos eléctricos como de las bombas de calor en los centros urbanos! Este cambio se está produciendo en estos momentos y es probable que la demanda supere rápidamente a la oferta.

3) Mira a tus vecinos

La transición energética se basa en la colaboración. Utilizando los conjuntos de datos mencionados anteriormente se pueden identificar fácilmente las oportunidades de compartir energía. Mira a tu alrededor en busca deoportunidades de colaboración: ¿tienen los vecinos un exceso de paneles fotovoltaicos o de calor (como los centros de datos que expulsan una gran cantidad de calor del tejado)?

El futuro mundo de la energía se basa en la colaboración: los puntos de pellizco de la red, especialmente la eléctrica, nos llevarán a resolver los problemas locales. Los representantes de las ciudades pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de facilitar y liderar esa colaboración.

4) Utilizar escenarios energéticos

Considere la estrategia de las ciudades... ¿cuáles son sus planes para los próximos 10, 25, 50 años? Incluso 10 años parecen muy lejanos, por lo que los escenarios pueden ayudar. Las ciudades se encuentran en una posición única que les permite jugar a largo plazo... a diferencia de las empresas, que tienen que satisfacer a sus accionistas y perseguir el retorno de la inversión, las ciudades trabajan con objetivos diferentes.

Las tendencias energéticas de la electrificación de la calefacción, los vehículos eléctricos y la digitalización son claras. Se habla mucho del hidrógeno, pero, siendo realistas, está fuera del horizonte de planificación de la mayoría de nosotros. Dicho esto, para las ciudades puede ser el momento deprepararlos sistemas para elhidrógenode alguna manera.

5) Dar pequeños pasos ahora en la dirección que se desea.

El viaje de mil millas comienza realmente con un solo paso. La energía solar fotovoltaica generará electricidad libre de carbono durante 25 años, la eficiencia energética siempre tiene sentido a largo plazo y los vehículos eléctricos van a crecer. Las intervenciones locales para reducir losNOx y las partículas sonsimplemente lo correcto.

En el caso de las complejasinfraestructuras interdependientes,el conjunto de retos puede parecer desconcertante. Sin embargo, algunas ciudades han dado algunos pasos claros: aplicación de zonas de emisiones ultrabajas, apoyo a la infraestructura de la red de calor, sustitución de autobuses diésel por eléctricos. Me han impresionado especialmente algunas de las medidas audaces adoptadas para hacer frente a los retos de las infraestructuras en ciudades como Londres, Copenhague y Bath.

Por último, las ciudades tienen que buscar apoyo y no esperar a que haya un plan claro... como dije al principio, hay una variedad desconcertante de subvenciones... a nivel mundial, las ciudades están haciendo cosas increíbles... ¡las ciudades C40 son un ejemplo fantástico!


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